17 julio 2008

LOS RIESGOS DE UN MUNDO DE POCOS

Nota del 19/11/2006
LOS RIESGOS DE UN MUNDO DE POCOS .......
La Democracia debe ser entendida como un sistema político vivo, que sufre los avatares de los organismo vivos, en este sentido nace, crece, debe ser reproducida para que no muera. Ser una idea, su imperfección, su recreación, enriquecimiento e incluso sus patologías, la hacen típicamente humana y viva.
Si hay una patología que afecta la vida política en nuestros tiempos es el desinterés, la desvalorización y la no participación, por múltiples desmotivaciones (esto podría decirse en muchos campos pero estamos focalizando en lo político).
El hombre necesariamente necesita ser reconocido y valorado. En un mundo de lo “descartable” para que las cosas sean así, rápidamente deben ser desvalorizadas. Si nada reconozco en el otro, porqué alguien ha de pensar que puede a su vez ser valorarado, así obramos con nuestro pasado y así pensamos que nadie nos ha de valorar lo suficiente en este presente y menos en un futuro, de ahí el vacío y la angustia están al alcance de todos en medio del desinterés. En la saludable relativización de las verdades absolutas perdemos compromiso con las verdades relativas.
Hoy está en claro cuales son los elementos formales de la democracia, formas sin las cuales esta no existiría. Pero no podemos pensar la forma sin la sustancia de las cosas, la una sin la otra (de ahí que los medios van definiendo el fin) de lo formal vacío de sustancia o por lo de la sustancia amorfa, porque no sabemos lo que es.
La Participación es el desafío salutífero para conciliar las formas con la sustancia.Son indispensables, pero no alcanza con las representaciones formales, tampoco alcanza con los enunciados de buena voluntad, me refiero al sentido de una “praxis” como interpretación y actuación de la realidad.
El gran desafío es como se sinergisan ciudadanos e instituciones (entre ellas el estado) en una práctica de puesta en escena de la problemática y un actuar los mismos en la búsqueda de solución. Comenzaría por las cosas mas simples. Hoy toda la inteligencia debe estar puesta en como hacemos de la cosa publica una responsabilidad colectiva.
Se trata de un ciudadano que se justifique menos, mas comprometido, caso contrario el sistema queda en manos de unos pocos que no se justifican y actúan, obvio, suena casi como una ironía pedir que lo hagan por todos. Eso si, esta perversión de representantes sin representados en un sentido sustancial, cierra con ciudadanos un tanto estúpidos y unos pocos que participan por todas las partes, un mundo de pocos .........-
Mario Agenor Blanco

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